viernes, 13 de mayo de 2011

Oratorio de la Santa Cueva

La construcción de la Santa Cueva , en los últimos años del siglo XVIII, coincide con el momento de mayor auge de la economía gaditana. Dentro de dicho auge destaca el espíritu ilustrado, resalta un personaje muy relevante, D. José Sánez de Santa María, Marqués de Valde-Iñigo. 

Nacido en 1732 en Veracruz (México), y se establece en Cádiz, donde comienza a trabajar en actividades mercantiles que posteriormente abandona. Poco después de cumplir los 20 años se ordena sacerdote; y trás la muerte de su padre hereda tanto el título nobiliario como numerosos y valiosos bienes.

Fue propuesto para que se pusiera al frente de la Orden de la Venerable Madre Antigua. Dicha orden fue constituida en Cádiz hacia 1730, formada solo por hombres, quiénes se reunían todos los jueves (de 21:00 a 00:00), para practicar ejercicios de la Pasión del Señor. Estas reuniones las realizaban cercas de mancebías (prostíbulos de la época), lo que dio lugar a rumores. ante los cuales las autoridades eclesiásticas decidieron que se trasladaran a algún tiempo, siendo acogidos en la iglesia auxiliar del Rosario.

En 1756 descubren un sótano dentro del edificio, lugar que los congregantes utilizan para sus prácticas religiosas. La primera adaptación termina aquí, dando lugar a la desde entonces llamada Santa Cueva. D. José Sáenz de Santa María emprendió 25 años después una renovación, ampliándola considerablemente.


- Historia de la Santa Cueva
     
  El Oratorio de la Santa Cueva es el resultado de la confluencia de diversos factores que se dan en Cádiz a finales del S. XVIII: la religiosidad, el auge económico, la ideología ilustrada y neoclásica, etc.


   Dicho Oratorio, está situado en la calle Rosario, junto a la iglesia parroquial de igual nombre. Es un edificio compuesto de una capilla baja dedica a la Pasión y de otra alta destinada al Santísimo Sacramento, la Eucaristía. Su construcción fue encargada por el Padre Sáenz de Santa María al arquitecto Torcuato Cayón, quién al fallecer fue relevado por su ahijado Torcuato Benjumeda al cargo de dichas obras.



Fachada del Oratorio de la Santa Cueva
La fachada se caracteriza por una base toscana de orden gigante, que comprende los tres vanos (huecos de ventas/puertas) de la planta baja con frontones rectilíneos a los lados y curvo el central, que sirve para reserva el cuadro del centro de Nuestra Señora del Refugio, junto con retratos de ilustres gaditanos hermanos de la cofradía. Sobre el arquitrabe, friso y cornisa se abren otras tres ventanas en la segunda planta, cambiando el orden de los frontones (curvos extremos  y rectilíneos el central). 





Calvario
En la entrada del oratorio hay una Virgen de la Soledad atribuida a González " El Granadino". Ya dentro empieza el recorrido, primero en la capilla baja dedicada a la Pasión de Cristo. Al pie de las escaleras encontramos las imágenes de Cristo atado a una columna y Jesús Caído. Ya dentro de la capilla encontramos un Calvario, compuesto por las imágenes de Jesús Expirante, la Virgen Dolorosa, la Magadalena abrazada a la cruz, San Juan y las dos Marías (Mª Cleofás y Mª  Salomé. Sobre este conjunto encontramos una bóveda elíptica con lucernario, que es la única luz que entra en la capilla. Ésta fue inagurada el Jueves Santos de 1783. Es por ello que Tras ser encargada una partitura a Joseph Haydn  "Las siete alabras" se interpreta todos los Jueves Santos dicha melodía.




Salimos de la Pasión de Cristo y nos dirigimos a la planta superior en dónde encontramos la capilla alta o del Santísimo Sacramento (la Eucaristía).  Presenta un importante contraste con la anterior, ya que ésta destaca por la riqueza de sus materiales y por las pinturas y esculturas que tienen. El altar principal de todo el conjunto se dispone en el eje mayor de la elipse, desde donde preside el espléndido sagrario, con seis columnas conrintias de plata. Los muros se organizan mediante ocho columnas adosadas de orden jónico. Sobre si entablamiento decorado con pareja ángeles se levanta la cúpida qie fue pintada por A. Cavallini. 





Bajo el arquitrabe, se disponen cinco lienzos,  tres de de Goya ("La multiplicación de los panes y los peces", "El convite real" y "La última cena"),; y  las otras dos obras " Las bodas de Caná de Z, González Velázquez y "El rocío del maná" de José Camarón.

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